jueves, 31 de diciembre de 2009

I. Bilbao Night Marathon


Fueron dos meses de duro entrenamiento previo a esta noche. Iba totalmente a contrareloj y no me quedaba otra que entrenar prácticamente todos los días. Más de 60km semanales, pero bueno por lo menos no tuve muchos factores en mi contra. No tuve casi ningún mal día de lluvia extrema, vientos huracanados o temperaturas bajo cero. Todavía era verano y lo más duro era correr con calor, así que la mayoría de las veces tenía que elegir entre correr o muy por la mañana o una vez anochecido. Tuve suerte de no lesionarme en ese tiempo, ni tener ampollas ni ningún tipo en los pies. El cuerpo me respondió muy bien a toda la caña que le metía, incluyendo tiradas de 30km puntuales. Así que dos meses después y casi 300km de entrenamiento confinados en dos meses después, llegó el día.

La alimentación es algo que trae de cabezas a los deportistas, yo mirara por donde mirara veía decenas de distintos tipos de dietas para correr un maratón, pero yo siempre he ido a mi bola, y no me ha ido mal hasta el momento. Así que en contra de todo lo aconsejado yo simplemente comí un buen plato de pasta hacia las 2 y nada más hasta la maratón que empezaba a las 8.

El maratón fue muy bien. Los primeros 21km avanzaron sin problemas, sin avituallamiento(gran fallo de la organización), tuve que alimentarme a base de media barrita que me llevé yo y todo agua. Pero lo demás bastante bien, fui en todo momento arropado por un grupillo de corredores que me acompañarían desde el km5 hasta el 30 prácticamente. En un maratón que te pasas tanto tiempo y no vas a un ritmo de élite lo mejor es ir con gente, para que se haga más ameno. Pasó el km21 que marcaba el momento de dar la vuelta para la segunda parte del maratón. Hasta el km30 todo siguió bien, los dolores en las piernas ya acechaban y los kilómetros se hacían cada vez más largos.

Pero en ese kilómetro 30 yo ya sentí que mis rodillas no iban a aguantar mucho. Hice un balance mental rápido de lo que me esperaba y como me veía yo y tuve que tomar una decisión arriesgada. Sabía que si quería terminar mi única posibilidad era aumentar el ritmo, cansado no estaba y mis rodillas aguantarían un tiempo, fuera el ritmo que fuera, así que tuve que dejar atrás al grupo que durante más de dos horas me había acompañado y encaré el último tramo solo. Los 5 kilómetros que fueron desde que me separé hasta entrar a bilbao sentí una gran soledad, pues iba por calles por donde no había nadie, era de noche y solo veía a los corredores que iba adelantando.

Hacia el kilómetro 35-37 llegué al centro de Bilbao. Aquí ya si empezó realmente la cuesta arriba, los kilómetros se hacían eternos, mis rodillas gritaban y lo único que hacía que siguiera adelante era mi voluntad personal y el apoyo de toda la gente que se había reunido para animar a los corredores. Aquí es cuando empieza el tramo mental, solo avanzas siendo mentalmente fuerte, aquí acuñé mi máxima "When your legs are tired, run with your heart" y así lo hice.

Finalmente, llegó el kilómetro 41, último kilómetro de la carrera. Este último kilómetro ya fue realmente para disfrutar, mis rodillas ya no gritaban, mi corazón estaba más fuerte que nunca y los ánimos de la gente era un subidón de adrenalina constante. Llegué a la meta todavía sin ser consciente de lo que había conseguido tan solo con dos meses de entrenamiento. Entregué el chip, recibí la medalla, una palmadita en la espalda y tan solo 10 minutos después de decirme a mí mismo que no volvería a correr un maratón, me reté a mi mismo a intentar bajar sustancialmente la marca que conseguí esa noche, 4h:22m

P.D.:Busco sponsors!!

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