domingo, 25 de abril de 2010

Medio Maratón Bilbao 2010




El día no empezaba bien, no por molestias imprevistas, sino por las ya previstas. No es sano que para dos días que no tengo que madrugar a la semana, sacrifique uno de ellos tan descaradamente. Despertarme a las 6:30, ducharme, vestirme y a las 7:00 desayunar, nada menos que un bol de pasta fresca. A mí ya me cuesta de normal desayunar por las mañanas luchando por abrir el estómago que a esas horas está más cerrado que correos un domingo, como para comer algo a lo que no estoy acostumbrado a desayunar. Pero bueno hecho el esfuerzo, vestirme y camino Deusto.

Aparcado el coche, camino a la salida a trote para ir calentando. A las 9:30 en punto hemos salido y he ido bastante cómodo todo el principio. Tenía un poco de pendiente ascendente pero aun así he ido a un ritmo muy bueno de 3:50min/km. Los siguientes kilómetros por Montevideo hasta el polideportivo de Zorroza muy monótonos pero manteniendo bien un ritmo de 4:15min/km. En el polideportivo hemos dado la vuelta rodeando toda la pista de atletismo y tras el primer avituallamiento hemos enfilado la vuelta por la vera de la ría hasta el puente Euskalduna.

Cabe destacar que justo antes del puente Euskalduna hay una cuesta con una gran pendiente ascendente desde el puerto en el que he aprovechado para adelantar a bastantes, notándome muy bien en cuestas. Se nota que entreno en terreno muy ascendente. Es curioso también ver como la gente no sabe mantener su ritmo y se guía por el terreno. Yo veía como yendo a mi ritmo, en llano sin problemas, adelantaba a unos, me adelantaban otros, pero en cuestas abajo de repente me adelantaban casi diez personas de golpe, y en la siguiente cuesta ascendente me los comía a todos, un fallo bastante de principiante a mí creer. Pero bueno, cada uno que corra como quiera.

Después de bajar el puente Euskalduna y dar la vuelta camino Abando llegamos a la mitad de la carrera. Al ver el cartel me he alegrado pensando que se me habían pasado muy rápidos los primeros 11km y no notaba ninguna molestia. El sol empezaba a atacar. Los 3km que comprendían la botica vieja, el campo volatín y el ayuntamiento hasta el arenal muy bien, adelantando a muchos y siendo adelantado solo por alguno.

Una vez dada la vuelta y yendo hasta el puente euskalduna otra vez pero por la otra parte del río he empezado a notar alguna molestia no física sino de falta de alimentos. Me he tomado un tubo de azúcar líquido que a pesar de estar muy malo me ha sentado muy bien porque he recuperado energías. Al llegar al Guggenheim y pasar por delante por la pasarela que sigue la araña metálica, un corredor que iba delante mío intentando esquivar a uno de los viandantes que estaba mirando la carrera, ha dado una voltereta muy extraña y tras rodar en el suelo se ha quedado tendido bocarriba. Alguno se ha parado a ayudarle pero yo solo pensaba que era uno menos al que tenía que adelantar, al fin y al cabo tampoco es que le hubieran pegado un tiro.

Después, pasar por la parte trasera del Palacio Euskalduna, llegar al museo marítimo y volver a subir la cuesta infernal que llevaba al puente Euskalduna. Esta vez me ha costado bastante más subirla pero aun así la he completado sin grandes esfuerzos físicos y aprovechando para adelantar a unos cuantos más. Al volver a pasar por el puente ya veía que no podía aguantar mucho más. Estaba sin fuerzas por la falta de alimentos y por suerte en el km 17 he conseguido un gajo de naranja que me ha proporcionado unas pocas vitaminas.

Finalmente llegar a la universidad de Deusto en la que la cuesta que llevaba hasta el puente del mismo me ha matado. Entre el sol, el agua que me estaba llevando a la boca y la fatiga acumulada, he sentido que vomitaba todo al llegar arriba. Pero bueno apretando un poco el estómago he retenido un dolor que empezaba a aparecer. Luego, llegar a la rotonda del edificio Iberdrola (bendito edificio que me ha tapado el sol durante unos segundos) y pocos minutos después cruzar la meta en el mismo sitio donde había empezado, en la gran vía justo delante del edificio de la Diputación en un tiempo de 1h:31m. Contento con la marca, deseando haber hecho 1h:30m pero contento puesto que mi marca la había escrito solo un mes antes en 1h:36m.
Finalmente, he quedado en el puesto 172 de 1400 con un ritmo medio de 4'20'', así que contento, que normalmente siempre quedaba en la mitad, ahora lo he mejorado notablemente.

Ahora a pensar en cual puede ser mi siguiente carrera, tal vez el maratón de Gasteiz, que sinceramente, veo que todavía no estoy listo para volver a completar un maratón, o hacer el medio maratón de finales de Mayo de Donostia. Todo se verá :)

domingo, 11 de abril de 2010

Vidas Descatalogadas


La semana pasada salió en el XLSemanal un artículo de Juan Manuel de Prada que me pareció muy bueno. Suelo leer sus artículos, a veces estando de acuerdo con él, la mayoría de veces en cambio no estándolo. Me parece una persona con una posición muy conservadora, si no lo es objetivamente, si lo es para mi gusto. Además tiene también un punto de proselitista que no me atrae. Se le nota que es un Barakaldés de derechas. A pesar de ello, le leo, porque hay que leer de todo y de todos, y porque me gusta mucho el estilo de escribir que tiene, con ese vocabulario culto, referencias culturales y símiles que utiliza. En su último artículo, hablando de los mendigos de la calle, me pareció que describió perfectamente nuestra sociedad ante esta gente que no tiene más que la calle para vivir. Al final de la entrada pongo el enlace al artículo completo. Pero me gustaría rescatar dos párrafos, el primero para situar al lector que no vaya a leerlo completamente, y el segundo porque me parece deliciosa la manera en la que usa la autocrítica para describir al 99% de la sociedad.

En el pasadizo subterráneo de la estación de metro de Banco de España, al pie de la plaza de Cibeles, en el corazón de Madrid, viven o languidecen hasta una docena de mendigos en unas condiciones de insalubridad pavorosas. Envueltos en cartones que los protegen de las corrientes de aire, yacentes sobre colchones repescados de algún vertedero, exhalan un olor pútrido en el que se entremezclan los miasmas de enfermedades indescifrables y los efluvios rancios de sus propios orines. A eso de las ocho de la mañana, cuando paso por allí, los veo remejerse somnolientos entre mantas costrosas y harapos, como restos de un naufragio que se han quedado arrumbados en una playa desierta; borroneados por las sombras, parecen apenas bosquejos de hombre, una hermandad de vidas arrugadas y apátridas que no figuran en ningún catastro, inquilinos de la soledad, sombras en tránsito hacia la nada. Los transeúntes que se aventuran por el pasadizo aprietan el paso, contienen la respiración, clavan la mirada cabizbajos en el suelo, para evitar que la visión dantesca les amargue el día; y, cuando por fin ascienden otra vez a la superficie, toman aire aliviados, como quien despierta de una pesadilla que a punto ha estado de devorarlos.

Yo soy uno de esos que pasan ante los mendigos apretando el paso, conteniendo la respiración, contando los segundos que restan para alcanzar las escaleras que me conducirán a la superficie. Aquí, en la superficie, puedo compadecerme de los huerfanitos de Haití, puedo preocuparme de los estragos del cambio climático, puedo lloriquear pensando en las focas que son sacrificadas por cazadores sin escrúpulos, puedo –en fin– entregarme a las causas más solidarias, que son las que ocurren en los arrabales del atlas, en los desvanes de la estratosfera, en los hielos árticos, allá donde mis ojos no alcanzan y mi corazón no siente, o sólo siente de oídas. Aquí, en la superficie, puedo olvidar lo que mis ojos no quisieron alcanzar ni mi corazón sentir, mientras cruzaba el pasadizo; y puedo imaginar, colmado de euforia y optimismo, que tal vez con la primavera la fachada del Ayuntamiento vuelva a engalanarse de pancartas olímpicas, mientras abajo, allá donde se quedó sepultada mi humanidad, unas cuantas vidas descatalogadas se pudren lentamente, como paquetes sin destinatario en los sótanos de una oficina de correos.

Juan Manuel de Prada, XLSemanal 04 de Abril del 2010
http://xlsemanal.finanzas.com/web/firma.php?id_edicion=5087&id_firma=10712

sábado, 3 de abril de 2010

Planning Abril


Una semana después de la media maratón de Azkoitia Azpeitia empiezo el entrenamiento a dos bandas.

Para empezar tengo a final de mes la media maratón de Bilbao y luego el 9 de mayo tengo el maratón de Gasteiz. El maratón no es fijo aún, todo dependerá de como me vea. He vuelto a las tiradas largas de los sábados, cosa que no hacía casi desde que terminé el otro maratón. A día de hoy me veo bien, hoy he hecho una tirada de 20km en 1h:40m, he ido bastante tranquilo, sin ganas de forzar. He estado rodando mucho a 4:45, pero también es verdad que gran parte del recorrido es cuesta arriba y hacía mucho viento y ha influido. Lo que me preocupa es que tengo el gemelo izquierdo bastante cargado desde la media de hace siete días. Fisiológicamente muy bien, no he necesitado avituallar en ningún momento cuando hace un par de semanas me paraba en cada grifo y me tomaba el gel. En ese aspecto perfecto.

Así que esta semana o la siguiente ire a apuntarme a la media de Bilbao, y si esta semana va como planeo y no me da mucho mal el gemelo izquierdo, intentaré el sábado que viene una tirada de 30km que decidirá si puedo estar listo para el maratón de Mayo.

Es un doble entrenamiento porque el ritmo que pretendo llevar en la media será cercana a 4:15min/km para poder acercarme lo máximo posible a la 1h:30m, esa será mi meta para la media. Pero aparte también tengo que preparar el maratón. Lógicamente no voy a intentarlo a 4:15 también, para el maratón intentaré ponerme un ritmo de 5:00, sin exigirme mucho pero para asegurar, ya tendré ocasión de bajar más. A este ritmo acabaría el maratón en 3h:30m, lo cual esta muy bien porque el otro maraton lo hice en 4h:23m, sería una gran mejora.

Así que a esperar lo mejor para el sábado que viene y sabiendo que si hago este maratón en 3h:30m, alguno de los que pille en invierno no se me alejarán mucho de las 3h.