VIII Maratón Internacional Martín Fiz

El gran día llegó. Despertarme a las 6, ducharme desayunar un par de tostadas, prepararme y camino Gasteiz. El camino hasta allí sin más incidentes, una vez allí he aparcado un poco a las afueras para ahorrarme parkings de pago y así poder ir hasta la salida calentando un poco.

Una vez en la salida, recoger el chip, colocarlo, estirar, dejar la mochila en un camión donde te la guardaban y a esperar el pistoletazo. La carrera la empezábamos todos juntos, tanto los del maratón de 42km como los de la carrera popular memorial Pedro Ramos de 10km. Antes de empezar un minuto de silencio por la muerte de Pedro Ramos en esta misma prueba un año antes.

Los primeros kilómetros he ido bastante bien, a gusto sin presionar mucho y a un ritmo incluso mayor al que pretendía y el cuál llevaría durante casi toda la carrera, cerca de los 4'30''/km. Hoy ha sido diferente a otras carreras en el hecho de que normalmente para que se me haga menos aburrida la carrera, desconecto y empiezo a pensar en otras cosas, hoy en cambio he ido como el 95% del tiempo concentrado en la carrera. Cerca del km 10 he empezado a sentir el tan temido dolor pélvico, tanto que en el momento en el que bifurcábamos para un lado los del maratón y para la meta los de la carrera de 10km, me ha tentado ir en esa dirección.

Pero no podía, el 50% de un maratón es mental y son estos momentos en los que hay que ser fuerte. Ha sido un maratón muy duro, en el de Bilbao a pesar de ir bastante más lento, no empecé a sentir un pequeño dolor en las rodillas hasta completar los primeros 20km. Pero hoy me han empezado a doler cerca del km 16 y se hace muy duro ver los kilómetros que faltan y ver que ya estás fallando, pero eso no desmotiva. Nunca hay que pensar en los kilómetros que te quedan sino en los que llevas y pensar, ahora tengo que hacer uno más, y luego otro más, y así sucesivamente. Y eso ha sido básicamente lo que me ha hecho seguir. Pero no era fácil, como se puede ver en el circuito en la foto de la entrada anterior, el camino era un laberinto y había zonas por las que pasaba hasta tres veces. Y claro, te señalizaba el kilómetro de la primera, segunda y tercera vuelta. Y no es muy positivo psicológicamente ir en el kilómetro 16 y ver que en un cartel pone kilómetro 38.

El ambiente era muy bueno, no había una riada de gente pero la que había estaba bien repartida para que hubiera gente animando casi constantemente. Aunque con algunos despistados, desde los coches que se equivocaban de carril y se metían al nuestro, a algún entrañable ciudadano que en una de estas vueltas donde ponía km 41, y yo yendo por el 26 que me dijera, vamos chico que solo te queda uno. El avituallamiento ha sido excelente, nada que ver con el maratón de Bilbao. He dispuesto de acuarius, powerade, agua desde el km5 y cada 5km, y luego a partir del 25 cada 5km, alimentos sólidos como gajos de naranja o trozos de plátano. En ese aspecto muy bien, y menos mal, porque a pesar de la cantidad de bebida que repartían me he sentido falto de fuerza, así que no me imagino como hubiera terminado sin haber ingerido ningún tipo de energía.

No me alegra el haber ido con problemas en las rodillas desde tan pronto, y que pensara continuamente en pararme a descansar casi desde el kilómetro 20. Pero tenía que ser fuerte, incluso me estaba haciendo pis desde poco después de empezar y aún así he tenido la fuerza mental suficiente para no parar. Yo creo que ha sido a partir del km30 cuando he empezado a bajar ritmo, habré pasado de 4'30''/km a casi 5'00''/km lo que ha ocasionado que en pocos kilómetros me adelantara bastante gente.

En un maratón, te acuerdas de cada uno de los kilómetros, y hay un momento en el que se te empieza a hacer eterno cada uno de ellos. En el maratón de Bilbao al sentir esto, me deprimía y bajaba el ritmo inconscientemente, pero hoy sabiendo que mi mente me la jugaría, cada vez que no veía un kilómetro llegar, aceleraba sabiendo que cuanto más rápido corriera antes llegaría. Sé que esto parece muy elemental, pero cuando estás ahí creerme que no aplicas mucho la lógica ni tienes fuerza como para andar forzando tan a la ligera. He de decir, que a partir del kilómetro 30 una de las tácticas que he usado para seguir avanzando era nombrar cada kilómetro restante con algún conocido, dedicárselo, y forzarme a terminar ese kilómetro por él/ella. Es una tontería que se me ha ocurrido en el momento pero me ha ayudado realmente. No digo como he nombrado cada kilómetro porque solo ha sido a los últimos 12 y obviamente me he dejado gente, así que cada un@ piense que sí estaba. Aunque también es verdad que he dado prioridad a los que me han animado mucho estos días previos, que aunque parezca una tontería, es una gran ayuda para la parte psicológica de la carrera.

Y es que hay un momento, en el que corres casi por inercia, sin darle órdenes a tus piernas, y pensando constantemente, voy a parar un par de minutos para descansar y sigo, voy a ir andando un rato y luego recupero. Estos pensamientos plagan tu cabeza pero no hacen más que engañarte, yo seguía con mis kilómetros conocidos y pensado para mí mismo, que estaba jodido de las rodillas, pero que no estaba físicamente peor que 20 kilómetros atrás, y si he aguantado hasta casi el final, por qué no iba a aguantar un poco más.

Los dos últimos kilómetros ya han sido una fiesta total. Lo curioso es que pensaba en dedicar el último kilómetro 42 a quien sino a mí, que es el que está corriendo, pero me he perdido ese cartel, así que en vez de dedicármelo a mí, le he dedicado los dos últimos a otra persona. Los últimos metros una gozada, iba yo solo y todos los aplausos y ánimos iban para mi, y me sentía flotar. Pondré el video de la llegada cuando lo cuelguen.

Anécdota curiosa. Al cruzar la meta, me han puesto la medalla que daban a todos los que llegaban y una persona que estaba esperando en la meta se me ha acercado y me ha dicho. -Has hecho un tiempo muy bueno, eres una máquina para lo joven que eres, ¿cuántos años tienes? -20 -Pues tienes mucho futuro por delante. Le he dado las gracias y he seguido hacia adelante con una sonrisa en la cara gracias al comentario de un anónimo que había terminado un rato antes. Pero un rato después me he dado cuenta en la entrega de premios que ese "anónimo", no era otro que el mismo Martín Fiz, corredor internacional y persona por la que lleva el nombre este Maratón. Así que me he sentido muy orgulloso y luego he estado hablando con él un poco.

Al llegar a la plaza donde estaba el espectáculo, me he bebido un par de vasos de coca-cola que regalaban, un par de mini bocatas de jamón serrano, un poco de fruta y unos mini cruasanes rellenos de chocolate. Cuando he visto todo lo que había, me he relamido pensando en que vaciaría todos los stands. Pero nada más lejos de la realidad, después de haber comido lo dicho antes, me sentía ya a punto de explotar.

He esperado a que salieran los tiempos finales, y cuál ha sido mi sorpresa que junto con mi tiempo, de 3h25min, había una lista de los premiados, ¡Y yo me encontraba entre ellos! He sido la mejor 3ra promesa, nacidos entre el 86-90. Y como faltaba como una hora para que entregarán los trofeos, me he ido al stand de masajistas y les he dejado a las jóvenes estudiantes de fisioterapia que rondarían los 17-19 años que me descargaran un poco los cuádriceps, ha sido de lo mejor del día jaja.

Después del masaje, subir al escenario y recibir la copa de manos de Martín Fiz, el cual ha anunciado que yo era el corredor más joven de la carrera, lo que ha hecho a la gente aplaudir, haciendo que me ruborizara un poco. Después me he dirigido andando poco a poco al coche, que me ha costado bastante encontrar dónde lo había aparcado, pero después de preguntar unas veces a la gente he encontrado el sitio.

Dos últimas anécdotas, aparte de la felicitación de la gente mientras caminaba por la calle con la medalla colgada y copa en mano, destacar dos personas. Un corredor con mohawk con el que he compartido un par de kilómetros de los últimos 12, y gracias al cual he subido mi ritmo que había empezado a rezagarse, y por obligarme a seguir su ritmo he hecho un tiempo potable. A esta persona la he visto cerca del escenario, le he dado la mano dándole la enhorabuena y me ha respondido -Enhorabuena para ti chaval, eres un titán. Titán jaja, me ha gustado, puede que me lo quede como apodo para el equipo Spartacus. Y la segunda persona ha sido una entrañable anciana que mientras caminaba por la calle con la copa, me ha preguntado haber porque había ganado la copa y la medalla, y tras explicárselo, me ha respondido -Así me gusta chico, que haya todavía gente con futuro, tú sigue corriendo y no te metas en eso de las drogas. Y yo le he respondido -No tranquila señora, las endorfinas generadas en resultado a correr es mi única droga. (Creo que después de la respuesta a la señora le ha empezado a salir espuma por la boca y a darle convulsiones mientras se agitaba en el suelo).

Pues bueno eso ha sido todo, con ganas de repetir en otro maratón intentando mejorar tiempo, que yo creo que es factible, teniendo en cuenta que para este maratón ni había entrenado, he aguantado con entrenamientos para medio maratones que se ve que han sido suficiente junto con la fortaleza psicológica. Por cierto, el tiempo ha acompañado en todo momento. Ha hecho un punto de frío perfecto para correr largas distancias, ha llovido en algún momento para ayudar en la hidratación y hacia el final ha subido la temperatura mostrando incluso el sol, que ha hecho que la espera para la entrega de trofeos fuera muy cómoda.

Eskerrik Asko a todos los que me apoyasteis y confiasteis en mí, esta victoria personal, que por si no lo he dicho, he reducido en una hora mi tiempo anterior maratón, y es una pasada esta evolución cuando no llevo ni un año corriendo, y gran parte de esa evolución es gracias a la gente que me da su apoyo, gracias. Hoy he visto que una vez más, aun no he encontrado mi límite. Como diría Josef Ajram: Where is the Limit? I don't know where the Limit is but I know where it's not. Nos vemos haciendo kilómetros...

Salida:

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