miércoles, 24 de marzo de 2010

Costa Bizkaina




El lunes otra excursión. Esta vez múltiple. Bordeando la costa Bizkaina desde Barrika hasta casi Mundaka.

Primero tras recorrer en coche la costa de Barrika, aparcar en Plentzia y por el paseo acceder al monte que alberga el camino que guía hasta el faro de Gorliz. Tras una hora de caminata entretenida llegamos al faro. El faro lo esperado, pero lo que se suponía iba a ser la estrella principal del día pasó a un segundo plano cuando vimos los restos de búnkeres y nidos de ametralladoras de la guerra civil. Así que las visitamos, vimos algún cañón, muchos pasadizos entre los diferentes puestos, y después de un rato de investigar y fotografiar la zona, nos fuimos al siguiente destino.

La Central Nuclear de Lemoiz. Aunque nunca llegó a albergar ningún tipo de materia nuclear, los restos que quedan no dejan indiferente. La central externamente no tiene pinta de que le faltara mucho para estar acabada. Incluso con una presa construida cerca para suministrar agua a la central ahora solo sirve de descanso para un buen número de gaviotas. La central es enorme y espectacular, es una pena el no poderse visitar. Las medidas de seguridad son extremas. Verjas, alambre de espino, carteles prohibitivos, cámaras por doquier... Pero tiene buenos puntos cercanos desde los que poder otearla con gran detalle.

Tras terminar esta visita nos fuimos para San Juan de Gaztelugatxe no sin antes pasarnos por Bakio para coger un poco de arena de la playa, que no falte. Luego ya fuimos no hasta el parking que hay pegada a la ermita sino que tuvimos que aparcar arriba porque la carretera en esa zona para ir de Bakio a Bermeo está cortada. Así que aparcamos unos metros más arriba e hicimos un poco más de senderismo. Antes de subir los 240 escalones que separan la base de la ermita, bajamos hasta las rocas para buscar alguna especie animal, prioritariamente estrellas de mar. Pero no las encontramos, tuvimos que conformarnos con alguna quisquilla, algún erizo de mar y cangrejos pequeños. Subimos después hasta la ermita, la visitamos un poco por los alrededores tocamos la campana de los deseos y nos marchamos un rato más tarde.

Nuestra última visita tenía que haber sido al faro de Matxitxako, muy cerca de allí, pero por el problema de la carretera cortada, decidimos dar toda la vuelta para poder llegar a Bermeo, la paseamos de arriba abajo, comimos allí y ya viendo que se nos echaba la tarde encima, cogimos el coche y nos volvimos.

Fue un buen día de senderismo, y a falta de no querer forzar las rodillas para la media maratón del sábado, no vino mal para los gemelos la pateada que nos pegamos por toda la costa. Espero que no me traiga factura para la carrera.

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